El Palacio de la calle Fruela ha sido siempre sede de instituciones regionales y, desde que en octubre de 1977 acogiera las negociaciones para dotar a Asturias de un régimen autonómico, continuó acogiendo a los legítimos representantes del pueblo asturiano. Entre sus muros se constituyó en noviembre de 1978 el Consejo Regional de Asturias y en junio de 1979 se designó la Comisión Redactora del Anteproyecto de Estatuto de Autonomía, convertido por las Cortes Generales en Ley Orgánica 7/1981, de 30 de diciembre.
Coexistieron en el Palacio diversas dependencias del Consejo de Gobierno, junto con las del parlamento asturiano, titulado Junta General del Principado de Asturias, hasta la rehabilitación del viejo Banco de España, contiguo al Palacio, como sede de la Presidencia del Gobierno y el posterior traslado de las últimas dependencias del ejecutivo al Edificio Administrativo del Principado de Asturias, sito en Llamaquique.
En 1993 el Palacio quedó convertido en sede parlamentaria. Se acometieron entonces unas obras de reforma necesarias para adecuarlo a los nuevos usos: saneamiento, cableado informático, seguridad, prensa, grabación y acondicionamiento de espacios. Recordando la historia política asturiana, las salas pasaron a tener nombres que son más que un recuerdo: salas Campomanes, Argüelles, Jovellanos o Martínez Marina. El viejo salón de plenos pasó a denominarse Sala de la Constitución y el salón de recepciones Sala Europa, en este caso en recuerdo de la reunión de Parlamentos Regionales Europeos, celebrada allí en 1997. En diciembre de 1998 quedó inaugurado el nuevo Hemiciclo para la celebración de sesiones plenarias. Años después, la división funcional, tan necesaria por la escasez de espacio útil en el histórico Palacio, fue posible con la remodelación de un inmueble próxima como Edificio Administrativo y la posibilidad de ampliar los espacio de uso parlamentario.
Ahora el Palacio es residencia laboral de los diputados representantes del pueblo asturiano. Allí se convocan los trabajos de ponencias, comisiones y plenos, las reuniones de los grupos parlamentarios, las ruedas de prensa, los debates periódicos, la constitución de la Junta, tras las elecciones, las tomas de posesión del Presidente del Principado; todo lo que atañe a la vida política de la Comunidad Autónoma. Y como es «la casa común» se abre al público en jornadas de puertas abiertas, al menos dos veces al año y también con motivo de exposiciones y conferencias, siendo además un lugar de encuentro institucional, de visitas escolares y de colectivos.
En su origen el Palacio fue un edificio ligado a la historia urbana de la capital y siempre del poder de Asturias. Fue construido para Palacio de la Diputación inaugurado en 1910. El arquitecto provincial Nicolás García de Rivero planeó y dirigió las obras. Antes hubo que derribar el convento de San Francisco, un viejo y noble edificio medieval, desamortizado y utilizado como hospital, que ocupaba un lugar céntrico impidiendo el diseño de una calle que uniera la parte vieja de la ciudad con la nueva estación del ferrocarril. A fines del siglo XIX, el derribo de aquel «caserón» tan histórico y de valor fue muy polémico. La ejecución permitió el diseño del eje Uria-Fruela, la apertura como público del parque, que en su recuerdo lleva el nombre de San Francisco y la organización de la trama de calles que constituirían la expansión de la ciudad burguesa. La Diputación Provincial contó por fin con un lugar digno donde desarrollar sus funciones más de setenta años después de su nacimiento. Desde entonces el Palacio de la Diputación, el Palacio Regional o el Palacio de la Junta General es el de Asturias en el centro de la capital.